ANABAC
Un código de buenas prácticas para promover técnicas y equipos que minimicen su impacto en el ecosistema marino

Objetivo Sostenibilidad
Bermeo Tuna Forum 2 y 3 mayo de 2023 / Objetivo Sostenibilidad  / ANABAC Un código de buenas prácticas para promover técnicas y equipos que minimicen su impacto en el ecosistema marino
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ANABAC
Un código de buenas prácticas para promover técnicas y equipos que minimicen su impacto en el ecosistema marino

Nekane Alzorriz
Asesora científica de ANABAC

ANABAC

La flota de la Asociación Nacional de Armadores de Buques Atuneros Congeladores (ANABAC) viene implantando desde el 2012 un Código de Buenas Prácticas voluntario que promueve el uso de técnicas y equipos de pesca que tienen como objetivo mejorar las maniobras realizadas en nuestra pesca y selectividad, minimizando su impacto en el ecosistema. Un código a cuya puesta en marcha han acompañado un sinfín de proyectos como colaboraciones con instituciones científicas, de formación y con los propios organismos reguladores mediante la participación en proyectos y suministro de datos más allá de los exigidos.

«Además, participamos en distintos Programas de Mejora Pesquera (FIPs en sus siglas en inglés), creando sinergias con otras flotas y otras asociaciones, grupos de trabajo científicos y con los organismos públicos para trabajar conjuntamente por la continua implementación de planes de gestión pesquera que permitan una explotación sostenible de los recursos de túnidos. Estas y otras estrategias han culminado con la obtención de la certificación MSC por parte de todas nuestras asociadas desde el 2021», detalla Nekane Alzorriz, asesora científica de Anabac.

¿Qué significa el sello Marine Stewardship Council (MSC) para Anabac?

Para nuestras asociadas el sello azul supone la reafirmación de nuestro compromiso con el desarrollo sostenible de nuestra actividad a largo plazo. Desde la adopción del Código de Buenas Prácticas, nuestras empresas y arrantzales trabajan en reducir al máximo los impactos en el ecosistema. A día de hoy, todas nuestras empresas asociadas y toda nuestra flota están en el proceso de certificación o recertificación de MSC. En 2018, nuestra asociada Echebastar fue la primera empresa de cerco en conseguir la certificación MSC incluyendo todas sus modalidades (tanto a banco libre como con dispositivos de agregación de pescado, denominados FADs por sus siglas en inglés); y desde el 2021, Atunsa y Pevasa han reafirmado también su compromiso de sostenibilidad con esta certificación en el Océano Atlántico, convirtiendo a Anabac en la primera asociación Europea en conseguir la certificación MSC. Acometer un proceso tan complejo y exigente como la certificación MSC es para nuestras asociadas un ejercicio de transparencia de nuestra gestión y de nuestra producción. En el presente y en el futuro, nuestra apuesta decidida es la de demostrar con esta prestigiosa certificación medioambiental nuestro compromiso con el ejercicio de una pesca responsable y sostenible que garantice la continuidad del recurso para futuras generaciones.

¿Cómo pueden convivir tradición y tecnología para fortalecer la industria pesquera vasca y que a su vez sea sostenible?

Nuestra industria ha incorporado la tecnología a la tradición, aplicando y apoyándonos en la ciencia para ello. La continua evolución tecnológica ha permitido que nuestra actividad suministre a las instituciones científicas información muy valiosa para evaluar el estado de los recursos.

«El sello azul supone la reafirmación de nuestro compromiso con el desarrollo sostenible de nuestra actividad a largo plazo»

Asimismo, apoyándonos también en la ciencia, nuestro Código de Buenas Prácticas recibe validación y asesoramiento de AZTI. Combinando la sabiduría tradicional de nuestros arrantzales y fomentando su formación continua en nuevas tecnologías, herramientas y técnicas, venimos desarrollando prácticas pesqueras sostenibles y eficientes.

Actualmente, ¿en qué proyectos se encuentran involucrados?

De manera continua incorporamos buenas prácticas a nuestro Código para seguir mitigando y reduciendo al máximo nuestro impacto en el medio. En nuestra actividad podemos interaccionar de forma involuntaria con ecosistemas o especies sensibles, y para minimizar nuestros impactos necesitamos conocerlos y estudiarlos. En Anabac estamos inmersos en diversos proyectos como pueden ser la sustitución de los materiales tradicionales utilizados en la construcción de FADs por materiales biodegradables y así reducir la posible contaminación marina, el marcado de especies sensibles para conocer su tasa de supervivencia tras su liberación y el estudio sobre su comportamiento en el hábitat, proyectos de reciclaje de redes, de recuperación de FADs o del impacto que pueden tener éstos si alcanzan zonas marinas más sensibles entre otros proyectos.

El camino hacia el futuro

¿Cuál es el futuro de la pesca con cerco?

Tenemos claro que el futuro de nuestro sector y el de nuestras empresas asociadas pasa por garantizar una pesca responsable y sostenible en el trato de los océanos y sus recursos. Todo ello, ofreciendo unas condiciones de trabajo seguro y de respeto de los derechos socio-laborales de nuestras tripulaciones. El cerco constituye una de las técnicas de pesca más selectivas, con menor huella de carbono y los más altos niveles de control, al realizar todas las operaciones de trasbordo en puerto, bajo control de las autoridades. El cerco vasco es un ejemplo a nivel mundial de cómo se deben hacer las cosas y seguir siendo un referente mundial en pesca responsable y sostenible. Por tanto, confiamos en que el cerco, que lleva más de 60 años de actividad desde Bermeo, continúe durante muchos años.

¿Cuáles son los retos de la asociación para los próximos años?

Nos encontramos en un sector altamente regulado, con un marco legislativo muy cambiante y un acceso al recurso cada vez más encarecido. Mantenerse a la vanguardia por preservar la sostenibilidad medioambiental y social de nuestra actividad con la alta competencia existente de otras flotas con ausencia de nuestros estándares, hace que asegurar la rentabilidad en el largo plazo suponga un gran reto. Nuestras empresas asociadas seguirán evolucionando para adaptarse a los nuevos desafíos, pero es necesario que la sostenibilidad sea un meta común para todos los agentes que participamos en esta actividad pesquera y así podamos preservar el recurso en el largo plazo. En este sentido, el mayor reto constituye la obtención de un ‘Level Playing Field’, es decir, de la aplicación uniforme de las normas establecidas a todas las flotas, cosa que actual y lamentablemente, constatamos que no ocurre. Otro reto clave es que nuestras instituciones y responsables políticos europeos apoyen decididamente a un sector que crea empleo, ayuda a la estabilización de las zonas donde operamos y sirve de marco para la actuación estratégica en terceros países. Por último, queremos destacar el reto del relevo generacional y la incorporación de las mujeres en la pesca.