Los océanos, según la ONU, producen alrededor del 50% del oxígeno del planeta y albergan una parte importante de su biodiversidad. Representan asimismo la principal fuente de proteína para más de mil millones de personas. Este motor de vida se encuentra bajo la amenaza de múltiples factores que, si no se actúa a tiempo, pueden degradarlo aún más. Consciente de las consecuencias que tendría el colapso del medio marino, la Unesco declaró el periodo 2021-2030 como Decenio de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible. Repasamos algunos de los peligros que acechan a los océanos.

Acidificación de las aguas

Los océanos tienen un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático ya que absorben aproximadamente un 30% del CO2 que producen los seres humanos. Sin embargo, esta función tiene un coste para las aguas debido a que al diluirse el dióxido de carbono cambia su química natural y aumenta la acidez del mismo. Si no se reducen las emisiones de CO2, las cantidades de ácido en el agua habrá aumentado en 2100 un 150%, lo que amenazará la supervivencia de las especies marinas más pequeñas.

Contaminación por basura y plásticos

Los océanos se han convertido en un gran sumidero hasta el punto de que un 40% está afectado por la contaminación. Desechos de todo tipo como fertilizantes, combustibles, residuos industriales y, sobre todo, plásticos van a parar a sus aguas ya sea por vertidos deliberados o por la escorrentía a través de ríos y desagües. Los 13 millones de toneladas de plástico que se estima llegan a los océanos cada año provocan miles de muertes entre los animales. Una de las metas del ODS 14 consiste en lograr que en 2025 se haya reducido significativamente toda la contaminación marina, en particular la producida por actividades realizadas en tierra.

Urbanización de territorios costeros

El 60% de la población mundial vive a 60 kilómetros de la línea de costa, según Naciones Unidas. A este dato hay que añadir el impacto de los complejos hoteleros, para cuya construcción se levantan diques y presas que están dañando estos ecosistemas. No en vano, se calcula que el 80% del turismo internacional tiene como destino zonas costeras. Del difícil equilibrio entre turismo y medio ambiente depende el futuro de los ecosistemas marinos.

Sobreexplotación de los recursos marinos

Aunque hay datos para todos los gustos y matices, lo cierto es que en determinadas zonas existe un problema de sobrepesca de las especies más demandadas por los consumidores. Las estimaciones de la FAO hablan de que un 60% de las reservas de peces están plenamente explotadas y otro 30% se pesca de manera insostenible. Las organizaciones regionales de pesca llevan décadas trabajando en la gestión sostenible de los recursos marinos.

Extracción de minerales

Los fondos oceánicos podrán albergar un 5% de los minerales que se utilizan en el mundo como cobre, níquel, manganeso o cobalto. La tecnología necesaria para llevar a cabo esta minería submarina es cada vez más abundante. Ello obligará a analizar el impacto que pueda tener esta actividad en los sensibles ecosistemas marinos y a establecer marcos normativos que impongan límites y obligaciones a las empresas.