Ignacio Serrats es el presidente de Bermeo Tuna World Capital (BTWC), la alianza público-privada que busca involucrar a todos los agentes clave de la cadena de valor del atún en Bermeo, el País Vasco e internacionalmente, en la gestión sostenible en torno al atún como recurso natural. Porque hay que comenzar a mirar al futuro de un planeta cuya población aumenta a marchas forzadas y que necesitará más recursos para alimentarse, es necesario crear sinergias que, desde el conocimiento científico y el liderazgo de las buenas prácticas, trabajen en el camino de la sostenibilidad del sector.

En BTWC hay dos patas sobre las que se sustenta el proyecto, y la más importante es el BTF porque ahí es donde vamos a visibilizar todo lo que queremos hacer. Porque nosotros, en Bermeo, nuestra casa, podemos decir que somos los mejores, pero cuando hay un reconocimiento internacional (que es lo que se busca con una alianza de las ciudades o con la firma de una declaración universal, que es el objetivo final para la sostenibilidad del atún) es cuando finalmente BTWC tiene sentido. Hasta ahora, si nosotros estamos solos en Bermeo y decimos que lo hacemos todo muy bien (risas) es importante, pero cuando hay un reconocimiento internacional, entonces sí que tiene sentido. Y esa es la piedra angular.

Bermeo es importante dentro del sector del atún porque el 10% de todas las capturas mundiales se hacen por una flota de un municipio de 18.000 habitantes, y eso es increíble. Hoy en día, todas las industrias atuneras de Bermeo están trabajando el tema de la sostenibilidad de una manera puntera y ejemplar. Lo que queremos es que este recurso que es tan importante para Bermeo (el atún) y para el mundo, sea sostenible. Si eso lo hacemos cuidando los mares, cuidando a los marineros, cuidando a las flotas y a toda la cadena de valor, eso va a tener futuro. Si no, ¿qué es lo que puede pasar? Que nos carguemos el recurso. Nosotros desde aquí queremos impulsar esa sostenibilidad del atún basándonos mucho en la ciencia, donde nos apoyamos en Azti, que es una pata muy importante. Eso es en la pesca de altura, pero también tenemos que hablar (que a veces no figura lo suficiente) del Bonito del Norte, ya que la flota vasca y la flota del Cantábrico está certificada con el sello MSC, que está trabajando de manera importante la sostenibilidad.

Lo que es importante es que el atún es un recurso que de momento está bien en cuanto a ejemplares en los diferentes mares y en los diferentes tipos de pescado. Nuestro objetivo es que podamos hacer una gestión sostenible no solo en el recurso sino también en los que actúan, es decir, queremos que los marineros que pescan, tanto en altura como en bajura, sean unas personas a las que se respeta, queremos una dignidad del trabajador. Y lo mismo con toda la cadena de valor. Y eso nos llevará a poder tener atún, Yellowfin y Bonito del Norte dentro de 50 años porque si no lo que puede pasar es que la población sigue aumentando, cada vez vamos a querer tener más atún y nos lo vamos a cargar, así que si no ponemos los medios ahora, nos lo cargaremos.

Queda mucho por hacer en el tema de la concienciación. Vamos bien en cuanto a la cantidad de recurso que hay, pero… ¿cuándo es el mejor momento para hacer un contrato entre dos personas? Cuando no hay problemas, si lo hacemos cuando empieza a haber problemas es cuando se discute por todo. Entonces, hoy la flota de Bermeo es ejemplar en cómo está haciendo el respeto por los mares y queremos que esas reglas que nos ponemos nosotros y que estamos convencidos de que son necesarias para el futuro, también las acepte el resto como suyas y así todos vamos a trabajar con las mismas reglas y respetando el futuro del mar.

Que esta declaración internacional ha sido un éxito de participación y que es una realidad que se han involucrado desde la FAO, la ONU, las ciudades del atún y la alianza de ciudades por la sostenibilidad del atún.